Ambiguo es una palabra de
origen latino. Proviene de “ambiguus”, que significa obrar por ambos lados, lo
que le confiere a la acción un carácter poco claro, por su falta de
precisión al no inclinarse por una dirección única.
El lenguaje ambiguo es aquel que
se puede entender o interpretar de más de una manera. El contexto tiene
mucha importancia en la eliminación de las posibles ambigüedades; es decir, la
misma información puede ser ambigua en un contexto y no serla en otro. La
ambigüedad también puede ser voluntaria, para producir situaciones
comprometidas, maliciosas o jocosas o puede ser casual.
Puede ser ambigua una palabra
porque tenga diversos significados, o una frase porque su construcción de pie a
varias interpretaciones
La perra de Ana está muy enferma
Este es un ejemplo de ambigüedad por falta de contenido
¿Por qué evolucionó el
lenguaje?
Muchos científicos han
mantenido que la respuesta obvia a esta pregunta es: porque es una medio para
los individuos de intercambiar información. No obstante, otros científicos
encuentran una gran pega a esta respuesta: la ambigüedad del lenguaje.
La eficiencia de la
ambigüedad viene determinada por los intereses contrapuestos de hablante y oyente: el hablante está
interesado en transmitir la màxima información posible con las mínimas palabras
posibles; el oyente está interesado en obtener una compresión completa del
mensaje. Para el hablante es cognitivamente menos costoso dejar que el oyente infiera
ciertos significados dependiendo del contexto, liberándose de la necesidad de
elaborar enunciados más precisos y complejos
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